Esta Sociedad Argentina que no puede abrir la cabeza por Dios!!!
Veo en la televisión y en sitios de internet el interés que ha despertado el matrimonio para personas del mismo sexo, y no es para menos. Romper un paradigma es un proceso arduo en el cual se enfrentaran las diferentes posturas ideológicas de quienes imparten opiniones.
Están aquellas opiniones expresadas en forma cuidadosa sin perder el respeto hacia otros individuos, estén o no a favor, y otras que hieren de una forma atroz. En otra categorización podemos colocar las opiniones que se sustentan en una racionalidad admirable, y que son dignas de leer una y otra vez. Pero hay un buen puñado de ellas que se desintegran en su propia ignorancia y total desapego con la realidad.
En estas últimas se pueden observar de forma reiterada dos discursos. Uno de ellos es el que sostiene que el matrimonio para personas del mismo sexo no es natural. Y el otro dice que el matrimonio homosexual atenta contra la familia. Ambos dos tienen su origen en la iglesia católica, y son repetidos por muchos seguidores de ellos que no acostumbran a cuestionar la realidad y distan de ser personas pensantes y críticas, repitiendo sin cansarse los que dictan desde esta institución.
¿Pero es a caso el aparato jurídico de una sociedad un hecho natural? ¿Acaso hay plantas cuyos frutos son leyes o animales cuyas crías lo son? No gente, seamos realistas, la leyes son ideadas por personas para organizarse en sociedad, son producto de seres humanos, no son fruto de la naturaleza.
Y en este párrafo voy a expresarme, con mi sexualidad en los dedos, sobre el supuesto atentado contra la familia que cometemos los homosexuales al reclamar los mismos derechos. Me pregunto de qué familia hablan cuando dicen esto ¿De qué familia hablan? Como todo ser humano las personas homosexuales nacimos de una mujer, tenemos un padre, y en la mayoría de los casos contamos con hermanos y hermanas.
Recuerdo las palabras de un legislador que el día 01 de diciembre de 2009 se hizo presente junto a otros legisladores en el registro civil, de la ciudad de Buenos Aires, donde por fin se celebraría el primer matrimonio gay de Argentina. Cuando llegó su turno de tomar el micrófono y dar su opinión dijo que esperaba que algún día su hijo pueda casarse con su pareja, ambos también presentes en el lugar.
No todos tenemos las mismas posturas. Podremos estar de acuerdo o no con la homosexualidad, pero es inadmisible pretender dictarles a otras personas lo que deben hacer con sus vidas. Seamos racionales, hablemos con sentido común o por lo menos seamos respetuosos. Bajo ningún concepto deberíamos perder de vista que los derechos humanos no son una opción, son una obligación.
Y por último, para ser justos, deberíamos nombrar aquellas opiniones de personas que se limitan a escribir insultos y palabras muy faltas de inteligencia. Estas son tan pobres y destructivas que no merecen más que ser nombradas en un texto que pretende hablar de diferentes opiniones y puntos de vista.
¡Respetemos los derechos humanos! de Squiel